martes, 14 de julio de 2009

MUJERES

Sin oportunidades…


La diferencia entre hombres y mujeres en los últimos tiempos ha sido muy debatido y que a pesar de que la vida ha cambiado, las ideologías, costumbres, se han creado Leyes, reformas, el mal trato a las mujeres y la discriminación hacia ellas aún persisten, y no solo en el Estado de Hidalgo sino a nivel nacional e internacional, sin embargo cada día se está luchando por lograr esa igualdad y protección de los derechos hacia este género, que es fundamental para el buen desarrollo e integración de una sociedad.

El Estado de Hidalgo, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), se ubica entre los 5 estados más pobres del País y con una población de aproximadamente 2 350 000 habitantes en el que el mayor porcentaje lo ocupa el sector femenino,

Las cifras mencionan que las mujeres en Hidalgo tienen un trato asimétrico que recae en la restricción de sus libertades y en el ejercicio de sus derechos, pero la variable más importante en uno de los componentes del índice se observa en la brecha de ingresos provenientes del trabajo en el que en promedio las mujeres ganan alrededor del 42% o menos del sueldo que ganan los hombres.

De acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano, en ninguna entidad federativa del país se observa igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres, sin embargo cada vez más los Estados democráticos otorgan mayor interés a la erradicación de la discriminación y la desigualdad por razones de género, ya que se considera un asunto estrechamente vinculado con el desempeño de la sociedad en su conjunto, ya que uno de los aspectos que está modificando la vida familiar a consecuencia de éste problema es la creciente presencia de hogares con jefatura femenina. Actualmente en el Estado uno de cada cinco hogares es comandado por una mujer.

Además la escasa participación de las mujeres en el ámbito político ha sido otra de las luchas constantes de este género, entre el 2000 y el 2008 disminuyó un 50.0%, así entonces podemos mencionar que en el Congreso Local está constituido por el 27 % de mujeres y el resto por el género masculino.

En cuestión de violencia y con forme a la Encuesta Nacional Encuesta Nacional sobre la Dinámica de la Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2006), el porcentaje de mujeres de 15 años y más, casadas o unidas, que ha sufrido al menos un incidente de violencia por parte de su pareja fue de 39.6%, cifra que acerca mucho al porcentaje observado a nivel nacional del 40%. Lo que deja ver que poco han servido las reformas de ley para la protección del género femenino.

Y esto puede observarse claramente si revisamos los códigos penales, pues la falta de homogeneidad en estos , ha generado un gran problema a la hora de aplicar las leyes, puesto que los delitos por violencia aplicados en un estado no coinciden con los demás y genera que se conozca la magnitud de la problemática, de ahí la necesidad de contar con una clasificación de delitos que contemple todas las conductas delictivas para todas las entidades federativas del país, de manera que, con base en dicha clasificación, se puedan elaborar diagnósticos completos y comparables sobre la materia delictiva, tanto de carácter nacional, regional o por entidad federativa. Y así lograr datos reales y específicos a la hora de llevarlos a las estadísticas.

La discriminación de género y la violencia contra las mujeres, junto con las diferentes problemáticas sociales, políticas, económicas que actualmente persisten constituye un obstáculo para alcanzar el derecho universal de igualdad entre hombres y mujeres.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo. Nuestro país se ha incorporado al sistema universal de protección de los derechos humanos, entre ellos, los de las mujeres a través de la ratificación de instrumentos jurídicos internacionales. Sin embargo, los obstáculos para concretar cambios en la legislación nacional son significativos. Me refiero a la falta de armonización de normas y leyes para la implementación de estándares internacionales.

    La visión es corta. Tenemos leyes generales [Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres], pero no se discuten las reformas a los códigos penales y civiles, carecemos de reglamentos procedimentales a nivel local y los bandos de policía permanecen casi intactos.

    El problema de fondo es que el estado mexicano se encuentra atravesado por grandes huecos institucionales: fallas en el sistema jurídico, dialogo insuficiente entre actores políticos, corrupción, autoridades indiferentes y con mediana voluntad, por citar algunos. Ante tal escenario, parece más lejano el compromiso de garantizar los derechos fundamentales de las mujeres.

    Por fortuna, la "sociedad civil organizada" está llenando de manera plausible esos huecos.

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